jueves, 15 de septiembre de 2011

ÁNGELES O DEVAS (2)





Los cuerpos físico, emocional y mental del hombre están constituido por concentraciones de fuerzas elementales o devas constructores, quienes realizan una ordenada selección de energías físicas, emocionales y mentales para construir los cuerpos respectivos, que se mantienen en expresión coherente gracias a una energía mas fuerte conocida como el ELEMENTAL CONSTRUCTOR. Este elemental constructor sujeta todas esas vidas dévicas mediante un proceso de afinidad química, que mantiene en funcionamiento los cuerpos físico, mental y emocional.

Otro proceso de actividad dévica ocurre en el acto de la fecundación del ovulo o concepción del ser humano. Si fuéramos clarividentes, observaríamos que en esos momentos unos devas etéricos recubre el ovulo con materia de alta sutilidad. Luego el alma que espera encarnar ese ser, emite un sonido que es recogido por los devas que están en esa misma frecuencia vibratoria ya si se va formando el feto o la forma humana, cuya calidad y grado de evolución dependerá de la nota vibratoria emitida por el alma. Junto con ese cuerpo va creciendo tambien la fuerza del elemental constructor que se encarga de mantener la coherencia en el cuerpo físico, en las emociones y en la mente.



El hombre no es su cuerpo físico, ni su cuerpo mental ni su cuerpo astral. El es el pensador que los gobierna y comanda; y tiene una gran responsabilidad sobre todas y cada una de las criaturas dévicas que constituyen sus tres vehículos inferiores, a las cuales debe ayudar a evolucionar.

El conocimiento del mundo dévico nos permite trabajar con estas fuerzas en los planos físicos, emocional y mental y darles la adecuada dirección para que puedan ser empleadas en función de un mundo mejor. Los ángeles utilizan los sentimientos y los pensamientos humanos para crear los ambientes sociales y familiares. Por eso debemos estar atentos a lo que pensamos, decimos o hacemos, porque todo ello determinara la calidad de nuetsro entorno.




continuará..


Bendiciones de Luz,
Sylvia