Muy cerca ya de terminar este año, qué mejor
manera de despedirlo que una meditación con los ángeles. Antes de
presentártela, te invito a hacer una reflexión para liberar este ciclo que está
a punto de cerrarse.
Para empezar, ningún año es bueno ni malo,
positivo o negativo, mejor, peor, más duro que otro; esos son rótulos de la
mente egóica. Tampoco hay años más cortos o más largos. Es la forma en que se
decide vivirlo, como se asume, lo que hace que para unos se haya pasado más
rápido o más despacio.
Entonces, evoca mentalmente las experiencias
que trascendieron este año y elige conscientemente observarlas desde una nueva
óptica.
Piensa, mis actuaciones:
¿Fueron desde el amor?¿Cómo lo hubiera hecho con amor?
¿Qué o quiénes influenciaron o impactaron mi vida este año?
Abstente de interpretar. Si no entendiste, no
juzgues. Decide terminar con el capataz, el crítico que ordena los pensamientos
que te hacen daño. Hazte consciente de que los pensamientos traen consecuencias
para quien los piensa y alberga.
Cada evento que viviste, aún esos que
sacudieron tu mundo, acéptalos tal cual como sucedieron. Ya lo he explicado en
otros textos: no es resignación, es aceptación por comprensión porque
finalmente disciernes que fue para tu mayor beneficio.
Todo lo que te aconteció te correspondía,
porque nada te llega si no es para ti, si no lo has pedido y creado y nada se
va sin haber cumplido su propósito. Hay vivencias que son inevitables.
¿Para qué las elegiste?
¿Qué decidiste hacer con la experiencia alcanzada, con el aprendizaje?
¿Lo incorporaste o seguiste igual?
Agradece lo nuevo y lo que se fue. Lo que a tu
manera de ver ganaste y también lo que perdiste. Todo tiene una razón y al
respecto, Dios solo da, nunca quita. Él no te priva de nada mientras lo
necesites. Si algo o alguien este año dejó de estar en tu vida, fue porque
simplemente ya cumplió su cometido. La finalidad y hasta el tiempo por el cual
se dispuso que existiera o lo tuvieras, ya se dio.
Deja ya la lucha interna. No vivas del pasado.
Somos seres en constante adaptación y evolución. Y tu existencia es hoy. Qué
bueno poder hacer un alto y ver lo que la vida te ofrece, versus a lo que tu te
aferras.
Arranquemos con la
meditación:
Busca un lugar y un espacio de tiempo, libre de
interferencias. Para ello, desconecta o apaga cualquier equipo que pueda
interrumpirte. Si es de tu agrado, enciende una vela, pon incienso y música
suave.
Adopta una posición cómoda, ya sea sentado o
acostado. En el nombre de Dios, invita la asistencia de tus ángeles de la
guarda y de los arcángeles Jeremiel, Miguel y Azrael.
Aquieta tu mente. Llámalos verbalmente mientras
respiras nueve veces, muy pausado y profundamente, igual que lo haces cuando
duermes.
Repite en voz alta:
Dios Padre, tu siempre estás a cargo. Te
entrego todas las situaciones vividas este año en las que aún me siento
atascado.
Ángeles de la guarda, Arcángeles Jeremiel,
Miguel y Azrael, únanse en amor conmigo por favor, gracias. (x9)
Siente la presencia cálida de tus ángeles y
arcángeles. Están contigo para orientarte. Te aman con la misma intensidad de
Tu Padre. Son portadores de Su Amor. Déjate consentir, deja que te envuelvan en
capullos o nubes de Luz y Paz divinos.
Libérate de remordimientos, perdona (incluyéndote a ti mismo), agradece todo, absolutamente todo, las grandes y pequeñas bendiciones que recibiste en el 2014. La gratitud es una de las herramientas espirituales más poderosas para cerrar cualquier ciclo en tu vida.
Da tu consentimiento, pidiendo a los ángeles y
arcángeles que desprendan de ti toda memoria de dolor. Pide que limpien tu
campo energético y corten todo lazo etéreo de dependencia o atascamiento.
Continúa respirando y observando tu película mental. Quédate ahí muy quietico
mientras ellos hacen su labor. Tú ya has dado tu permiso, no intentes
dirigirlos. Ellos saben lo que hacen, ellos son al mismo tiempo mensajeros y
mensaje.
Siente que la cinta del video de este año de tu
vida, está siendo depurada. Solo queda el aprendizaje, los momentos que se
generaron desde el amor. Lo demás ya no es necesario. Termina la meditación
agradeciendo a Dios Padre y a sus extensiones de amor, los ángeles, su
intervención.
Me sumerjo en el Amor de Dios y libero
tranquila el año que termina.
Publicado en el Diario La Nación de Neiva
(Huila, Colombia) el 28 de Diciembre de 2014.
Feliz Año Nuevo 2015,
Sylvia