“Al comienzo todo era uno, Del
campo infinito de la unidad tuvo que surgir un campo finito para que la creación
pudiera conocerse a si misma. Dentro de la estructura finita en la que nos
hallamos existe un potencial de infinitas transformaciones. Somos eternidad
hecha forma."
Las matemáticas son el lenguaje del Universo, el
lenguaje universal que está inscrito en todo lo creado. Desde las semillas
hasta las galaxias todo tiene un patrón matemático que está inscrito en su
propia estructura esencial.
Desde que el hombre tomó
conciencia y aprendió a contar, un hecho también cercano a cuando aprendió a
hablar, se ha considerado sagrado tanto el número como la letras o el verbo.
Las matemáticas son descubiertas por el ser humano, no son inventadas, son
descubrimientos que están siempre presentes y a los cuales accede la Humanidad
a medida que evoluciona y reflexiona sobre lo que le rodea.
Desde Pitágoras a Einstein,
Newton e infinitos pensadores y matemáticos hemos podido llegar al desarrollo
tecnológico en el que estamos sumidos hoy en día y que no es otra cosa que el
gran avance de máquinas calculadoras que procesan miles de millones de datos
imitando la Naturaleza y a sus leyes.
El número, la proporción y el
equilibrio han sido venerados desde los albores de la civilización. Con los
avances tecnológicos y vitales de la Humanidad hemos llegado a poder demostrar
que la estructura sutil que conforma nuestro universo es numérica.
La tradición judía da un valor
sagrado al las valencias de números y letras en los textos sagrados, con su
vertiente cabalística y esotérica de su sabiduría.
En esta entrada vamos a hablar de
una de las bases del Árbol de la Vida judaíco, el Cubo de Metatrón, una figura
geométrica en engloba a todos los sólidos platónicos y que a día de hoy sigue
siendo muy estudiada por todos los eruditos.
Bendiciones del Universo.